Monday, December 19, 2011

Dígalo en voz alta: “Mamá soy demente”



Por Andrés Emilio León Rodríguez
Nunca escuché tanta franqueza entre madre e hijo. Constantes preocupaciones para mamá, quien seguramente, fiel a su naturaleza, intenta que todo sea perfecto (como la madre tierra) y que sus hijos crezcan sanos. Pero bueno, la vida es otra, y todos crecemos con cosas por decir, dependiendo lo que vivimos. Estamos expuestos, y hay situaciones que nos hacen daño, otras, generan placer, dudas, desaciertos. En fin, experiencias.

“Esta vida es un carrusel”, grita la banda, mientras la gente se mueve en un circo. Personas disfrazadas, estereotipos dominantes que se pasean por la música y ahí van… los Mamá soy demente, haciendo preocupar a los padres por esta sobredosis de surrealismo.



“Y subí por un túnel de colores y descubrí que el cielo y el infierno no existen”, nos revela una voz anónima al final de “Radio novela”. En sí, esta banda guayaca radicada en México, ha escrito un “capítulo” completo, un interesante manual musical con amplias influencias psicodélicas y experimentales. El grupo no tiene techo, pero se siente claramente “contra la pared”, especialmente del tiempo. Sus integrantes tienen claro que para ser eternos, solo tienen esta vida para intentarlo.



Y los niños (que seguramente nos hablan desde adentro quejándose, puteando, reclamando egoístas por nuestros sueños) se unen al coro para resaltar los cánones sociales que nos tienen caminando como jaibas, lejos de nuestros ideales.

“No existe malo ni bueno
Todos quieren mucho dinero
El más grande como el pequeño
Todo el mundo busca dinero

No existe blanco ni negro
Imposible siempre queremos
Destruimos lo que creamos
Nos odiamos y nos amamos”


Según Wikipedia, “el odio proviene exactamente de la misma fuente que el amor y forma parte de la humanidad desde sus más primitivos inicios. El odio, como el amor, no es malo "per se"; es una herramienta".

Una herramienta... me gusta eso, y los integrantes de esta banda la suman a su propuesta musical que acerca muchos íconos de culto de los latinoamericanos, pero principalmente, intentan resaltar nuestra naturaleza mixta, repleta de emociones feroces y tiernas que son remarcadas por una sesión rítmica novedosa, guitarras en una constante búsqueda de sonidos limpios (sin perder fuerza), arreglos y composiciones electrónicas, sumadas a una voz llena de filtros, luz y seguridad.



Mamá soy demente, me acerca al pasado (como Dylan, que piensa que ahora es mucho más joven) y me pasea por mis recuerdos, allá por los 90, cuando Mr Bungle imaginaba (maquiavélicamente) su producción más experimental “Disco Volante”, el equivalente a lo que fue “Bitches Brew” (en los 70), para Miles Davis. En este caso. La banda guayaquileña (con fuerte influencia mexicana en su producción -Víctimas del Doctor Cerebro, Café Tacuba y otros hermanos gemelos incluidos-) intenta ganar millas volando como puede. Resalto principalmente su cuidado estético, tanto musical como visual, ya que al revisar su DVD “Cabaret Demente”, -presentado en el Forum Universal de las Culturas en Monterrey, México- se nota un fuerte manejo conceptual que sobrepasa la propuesta musical. Con la ayuda en la dirección de arte de Estefanía Villacís, la banda de Dennis Darquea (ex Latex) planea sin temor sobre la experimentación, receptando estímulos de todos los textos posibles… Dalí, Cirque de Soleil, Roberto Gómez Bolaños, entre otros, para plasmarlo en el inconciente, las plantas, el cielo y -¿porque no?- el sueño de la Inyección de Irma.


Además debo reconocer que me transportan al futuro. Rescatando nuestros sueños para enviarlos lejos de todo Zapping. Regresando con las mismas dudas y sorpresas, es normal que tropecemos “con el color de una pantalla en simple estática”.



El disco de la banda puede ser adquirido a través de ITunes y Cdbaby.com. La propuesta además incluye un cuento, factible de leer en: www.mamasoydemente.net. Algunos fragmentos de la historia de su protagonista, un niño y su encuentro en el mundo de las puertas, pueden ser escuchados al final de las canciones.

Cielo / infierno / amor / odio / se suman a una licuadora de sensaciones y estilos que son servidos en estéreo. Cada uno de nosotros, -dependiendo del background- sacará sus propias conclusiones sobre la banda y su distinta propuesta. Sin embargo, los invito a dejar sus comentarios para aterrizar lo que sentimos… claro, si es que aún no hemos perdido la costumbre y recordamos como se hace.


Por cierto. Este 16 de mayo vendrán a Guayaquil. Apaguen las computadoras y trepen al escalón 10 de las Peñas para entrar a Diva Nicotina. Jurado & compañía siguen con su intención de estimular la noche guayaca y podremos apreciar por “8 dólar” un interesante proveedor de ficción.

Hasta eso. Están invitados a empaparse de su música en www.myspace.com/mamasoydemente.
Saludos.

Wednesday, December 14, 2011

Estas mágicas electroacústicas ganas de joder


Matías Alvear, Andrés Caicedo, Álvaro Bermeo, Jasón de la Vega, Mateo Crespo


Por Andrés Emilio León Rodríguez


Yo no tomo. Realmente no tiene que ver con algo en especial como pensaba la abuelita de una ex enamorada que estaba convencida de que yo era un “gran chico”. Yo no tomo porque simplemente el sabor del licor no es lo mío, no me pasa… es así de simple. Sin embargo, a pesar de esa distancia (o tal vez porque existe) me es inevitable en ciertas noches sombrías sentir esa fascinación por acercarme al Ipod como quien acorrala a la bar tender para pedirle un trago de Guardarraya. Luego lo que ya algunos sabemos… sentir el mareo, el aroma a alcohol -servido siempre con toda la yapa del limón de nuestros ritmos andinos- que va invadiendo mis orejas hasta emborracharme de rock.

La Vía Láctea de Cumbayá está repleta de ríos de agua ardiente que embriagan a cualquier transeúnte, producto de tanto ensayo de esta banda quiteña. Pero la música sube y flota repletando las esquinas con aquella fragancia tan marcada en su tono musical, ese que se escucha en “Quitarán di ahí”, en donde “1537” es la bandera que flamea principalmente al final del disco. 




Justamente, sobre esta canción la gente de Silencio y Cineatica Films han intentado ponerle color y estilo. El pasillo suena y recorre las calles del centro histórico de Quito entre lluvia, alcohol y la danza de Gabriela Minda y Sebastián Salvador que engalanan los espacios con su notoriedad. Juan Carlos Donoso se encarga del Guión, la Dirección y Edición. Igualmente destaco gratamente la Dirección de Arte de Fernanda Andrade, quien decora con afonía los encuadres, por lo que aprovecho para dejarles este video y un archivo visual del tras cámaras, para que lo tomen mientras no manejan intentando evitar cualquier calamidad de esas que siempre habla Guardarraya y las celebra -en sus canciones- a tu salud.